viernes, 25 de abril de 2008

Femenino Plural

Comencemos:
Las chicas que ya no eran vírgenes
paseaban su sexo impúdicas por la calle,
marcando el movimiento acorde de sus pechos
con cada huella que clavan sus tacones.
Las miradas de los adolescentes no comprendían
pero no les era vedado el placer ingenuo de la carne.
Todos los casados descuidaban sus alianzas
perdidas por las alcantarillas de la ciudad.
Estaban los ancianos,
con un rubor pretérito en el semblante,
sorprendían al esbozar una sonrisa astuta.
Y comenzó la fiesta de los cuerpos desnudos,
la unión de las mitades.
Pero todo aconteció en silencio,
que no rompió ni un sollozo ni un grito de placer,
sólo el roce de los cuerpos que buscaban el calor cercano.
Hasta que una mujer desvirgada grito: ¡basta!
Y los hombres taparon con vergüenza su sexo
viendo marchar a las jóvenes a otra ciudad u otro país cualesquiera.

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