jueves, 19 de mayo de 2011
Metáforas para la revolución
Languidecía, casi convertida en un lugar común, la definición que hizo Gabriel Celaya de la poesía como “arma cargada de futuro”. Y sin embargo, de forma reciente, la poesía ha vuelto a salir a las calles, acompañando deseos de cambio y propuestas de un mundo mejor.
El pasado 8 de mayo de 2011, el poeta mexicano Javier Sicilia encabezó una marcha ciudadana en la que exigía justicia, ante la muerte de su hijo y de las demás 40.000 víctimas, asesinadas de forma impune en un reguero de sangre que recorre México. Que Sicilia fuera un periodista y un poeta conocido, sirvió de catalizador para la Marcha por la Paz y la Dignidad. En esa gran marea de personas y pañuelos, hubo una pancarta que, quizás sin querer, hacía poesía, la poesía a la que el propio Javier Sicilia ha renunciado para siempre. Esa pancarta decía: “Algunos padres son poetas, todos los hijos son poesía”.
Seguramente, la frase no estaba escrita por ningún poeta que se declare como tal, pero contenía una metáfora tan poderosa y fortuita como muchas de las que he visto desde el pasado domingo 15 de mayo en las calles de Madrid. Ese día, miles de ciudadanos salieron a exigir su lugar en la democracia, con su marcha, con consignas y carteles. Lo primero que pedían era no ser considerados “mercancías”, esa metáfora podrida que nos vienen aplicando los poderosos… Las personas respondieron, y de forma lúcida y poética, explicaron el significado que hay en la violencia de la pobreza y en la falta de oportunidades.
Aunque la manifestación acabó, la Puerta del Sol de Madrid sigue siendo un lugar para la resistencia y la esperanza. En esa salida del tren y del metro que parece el lomo de un camello mal dibujado, articulado en cristales, resisten folios blancos y cartones de embalajes reciclados que siguen defendiendo el poder de la palabra. Quienes los escriben tal vez no sepan que están haciendo metáforas, incluso en expresiones que pueden sonar a chiste, que reinventan la poesía en rimas fáciles que incitan a la sonrisa y al abrazo, y emocionan.
Somos muchos los que estamos queriendo que se cumplan los deseos escritos por tantas manos anónimas. Se trata de que la palabra futuro sea igual de luminosa para todos.
La foto es cortesía del blog: "No tengo estereo".
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2 comentarios:
Precioso, Ana... Ojalá, ojalá sea la palabra futuro la que tome fuerza, ojalá sea escuchado el movimiento como un impulso libre de los ciudadanos...
Besos.
Hola Gloria,
Mil gracias por tus palabras. Da gusto recibir esa respuesta. Gracias por seguirnos desde tu tierra. Ojalá nos podamos ver pronto. Un abrazo, Ana
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