Buenos deseos para un otoño de poesía

De acuerdo con la información oficial facilitada por el Ministerio de Fomento, el viernes 23 de septiembre de 2011, a las 11.05 de la mañana (hora peninsular), se inicia el otoño en el hemisferio Norte, según el convenio astronómico.

Aún no sabemos qué depararán sus 89 días y 20 horas. Entre otras cosas, esperamos que se llene de buenos momentos y de mucha poesía compartida.

Para empezar, no son pocos los eventos previstos. Así pues, ahí va la agenda para compartir espacios propicios para el encuentro, con algunos de los poetas de esta República de la Imaginación... Tan lanzados que hasta se han puesto a hacerse la competencia el viernes 23 de septiembre:

- Festival PoeMaD en La Casa Encendida: con la presencia de Juan Carlos Mestre en la lectura, mano a mano, con Antonio Gamoneda. (Viernes, 23 de septiembre, a las 18.30 horas).

- Lectura del libro: Donde no habite el olvido, de varios poetas. Entre los que estarán, Pablo Martín Coble y Manuela Temporelli. (Ateneo de Madrid. c/ Prado, nº 21. Viernes, 23 de septiembre, a las 20.00 horas).

- Presentación del libro "La textura metálica del dolor", con dibujos del escultor Leandro Alonso, prólogo del poeta Eugenio Castro y poemas de Alberto Cubero. La cita a las 20.30 horas, en el auditorio del Centro Cultural "Alfonso X", en Guadarrama.

La semana que viene nos depara la conversación de Ledo Ivo con Juan Carlos Mestre, Guadalupe Grande y Martín López-Vega. El encuentro tendrá lugar el martes 27 de septiembre, en La Residencia de Estudiantes, a las 19.30 horas. (C/ Pinar, 21-23, de Madrid).

Y el jueves, 29 de septiembre de 2011, arranca la Tertulia Poética "Indio Juan", con Manuela Temporelli al frente. Abierta a todos los interesados en la poesía, se reúne todos los jueves (salvo festivos) en los locales de Comisiones Obreras. (C/ Lope de Vega, 38. 2ª planta, sala 2.3, de 19 a 21 horas).

Y dado que el otoño nos trae a la memoria no pocas imágenes y tópicos literarios y estéticos, cambiemos las normas: celebremos el otoño, en lugar de culparle de nuestra melancolía.